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El mercado de vehículos "verdes" crece lentamente en EEUU

A pesar de toda la publicidad que los rodea, los autos llamados "verdes" por su tecnología más amigable con el medioambiente ganan espacio muy lentamente en Estados Unidos.

A pesar de toda la publicidad que los rodea, los autos llamados "verdes" por su tecnología más amigable con el medioambiente ganan espacio muy lentamente en Estados Unidos.

En un país acostumbrado a los motores de alto consumo y con mayor autonomía, en el que estos coches enfrentan otros obstáculos como sus precios más altos y una red poco extendida de estaciones de servicio.

"Cada uno piensa que es el de al lado que debería comprar un coche verde", ironiza Jeremy Anwyl, analista del sitio especializado Edmunds.com.

Los fabricantes lanzaron con bombos y platillos una serie de vehículos híbridos o eléctricos en los últimos años en Estados Unidos, respondiendo a presiones políticas de parte del gobierno de Barack Obama, pero estos coches con menor emisión de Co2 tienen dificultades para encontrar clientes.

El mercado crece año a año, pero lentamente. "En el caso de los (vehículos) eléctricos con recarga en tomas de corriente, el precio es todavía demasiado alto", destacó Jesse Toprak, analista del sitio especializado Truecar.com, cuando Estados Unidos celebra el Salón del Automóvil de Detroit, el más importante del mundo.

Es una opinión compartida por Jeremy Anwyl: "Es difícil convencer a los consumidores que gasten 30.000 o 40.000 dólares por un pequeño coche eléctrico, más aún cuando están aterrorizados por su radio de acción (autonomía) limitada", de menos de 200 km en algunos casos. "Es lo que afecta a la Leaf", de Nissan, sostuvo.

El fabricante japonés, que hace este coche pionero en Estados Unidos, tomó conciencia y acaba de anunciar una fuerte baja del precio de ese modelo de medio porte, que se venderá en el país a partir de 28.800 dólares, para tratar de reanimar las ventas.

Luego de dos años en el mercado, el grupo vendió una cifra baja para Estados Unidos: 9.819 Leaf a 2012, un avance de 1,5% al año, muy por debajo del objetivo de duplicar ventas anunciado el año pasado.

En el mundo, las ventas avanzaron solo 20%, contra 50% esperado por Nissan desde el lanzamiento. "Es una decepción", admitió el PDG de Renault y Nissan, Carlos Ghosn.

Incluso los autos híbridos, que funcionan con más de una fuente de energía alternativamente, y que no dependen de una red de estaciones de recarga porque también pueden funcionar a gasolina, representan solo 3,5% del mercado estadounidense.

General Motors en tanto, se congratula de haber triplicado en un año las ventas de su híbrido Volt, a unas 23.500 unidades el año pasado, aunque muy por debajo de las 35.000 unidades que se había fijado como objetivo el número uno estadounidense del automóvil.

"A menos que el precio de la gasolina suba a cinco o seis dólares el galón" de 3,8 litros, contra unos 3,3 actualmente, "no veo que la situación vaya a cambiar drásticamente" y las ventas deberían seguir avanzando lentamente, destacó Jeremy Anwyl.

Pero los fabricantes se dicen confiados. "Observamos un crecimiento de nuestras ventas en los vehículos eléctricos" y están muy vinculadas "al precio del carburante", dijo Mark Fields, director operativo de Ford, que desarrolló toda una gama de vehículos verdes, en particular para su compacto C-Max.

"No hay duda alguna que el precio del combustible va a aumentar, por lo tanto estamos convencidos que nuestra estrategia sobre los híbridos va a funciona", aseguró Jim Lentz, director de ventas de Toyota en Estados Unidos, y líder mundial del segmento con su Prius, que representa 16% del mercado de híbridos en el país y el auto más vendido de Japón.

Jesse Toprak destaca que las marcas podrían promocionar mejor sus vehículos: "GM podría comunicar mejor sobre las ventajas financieras del programa de alquiler-venta de la Volt" en Estados Unidos. "Si agregamos el bajo consumo de gasolina, es casi como a uno le dieran un auto gratis", sostuvo.

Los grupos investigan también otros combustibles a futuro, como las pilas de combustible o el gas licuado, muy barato en pleno boom de extracción de gas en Estados Unidos, aunque el impacto ambiental del gas de esquisto del que proviene buena parte de ese carburante es muy controvertido.