El G20 intenta encauzar el "estancamiento" mundial y la "guerra de monedas"

El G20 de las principales potencias industrializadas y emergentes comenzaron este viernes un encuentro de dos días en Moscú con la intención de impulsar políticas para poner fin al "estancamiento" de la economía mundial y con la esperanza de alejar la amenaza de una "guerra de monedas", que Japón reavivó.

El G20 de las principales potencias industrializadas y emergentes comenzaron este viernes un encuentro de dos días en Moscú con la intención de impulsar políticas para poner fin al "estancamiento" de la economía mundial y con la esperanza de alejar la amenaza de una "guerra de monedas", que Japón reavivó.

El "principal desafío" del G20 es el de sacar a "la economía mundial del estancamiento y de la incertidumbre para ponerla en una trayectoria firme de crecimiento", declaró el presidente ruso, Vladimir Putin, al inaugurar en el Kremlin la sesión de reuniones.

Por primera vez en mucho tiempo, los temores sobre un estallido de la zona euro y de su moneda no focalizan los debates de la reunión. Pero las estadísticas publicadas la víspera de este encuentro pusieron nuevamente a Europa en el punto de mira: la recesión fue más grave de lo previsto el año pasado en la zona euro. Y "la economía sólo se reactivará lentamente en 2013", advirtió en Moscú el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Se trata del principal freno a la reactivación mundial.

Rusia hizo justamente de la búsqueda de nuevas "fuentes de crecimiento" una prioridad de su presidencia del G20, que culminará con una cumbre a principios de septiembre en San Petersburgo.

Cuando los excesos del rigor fiscal empiezan a ser señalados por sus efectos nefastos en la actividad, Moscú quiere flexibilizar los objetivos fijados en 2010 en Toronto cuando los países del G20 se comprometieron a reducir al menos a la mitad sus déficits para 2013.

"Debemos adoptar objetivos realistas y alcanzables para no tener que decir en tres años que hay que revisarlos", indicó este viernes el ministro ruso de Finanzas, Anton Siluanov. El plazo podría prorrogarse hasta 2016, sugirió, constatando que varios países no lo lograrán este año.

La Comisión Europea, que generalmente mantiene una rígida postura sobre el tema, acaba de aceptar la posibilidad de acordar nuevos plazos para la reducción de los déficit. Queda por saber si Alemania, que es aún más ortodoxa, aceptará flexibilizar la austeridad.

Algunos países europeos, con Francia al frente, se inquietan además por el vigor del euro, que penaliza las exportaciones. Más en general, la zona euro denuncia las políticas monetarias de Estados Unidos y de Japón, que activan las imprentas de billetes para sostener sus economía, con el efecto de la depreciación de sus monedas.

"No queremos intervención de los Estados en las tasas de cambio", afirmó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.

Los temores de una "guerra de monedas" provocados por un encadenamiento de devaluaciones competitivas llevadas a cabo por países en búsqueda de crecimiento fueron reavivados por el reciente giro japonés. El Banco Central de Japón cedió a las presiones del Gobierno para sostener la economía creando moneda, una política común en Estados Unidos pero que se prohíbe aplicar el Banco Central Europeo (BCE).

"La 'guerra de monedas' estará nuevamente en el primer lugar del orden del día del G20, ya que los principales países emergentes (Brasil, India, Turquía y Rusia) acusarán nuevamente a Occidente de debilitar deliberadamente o de facto su propia moneda, lo que refuerza las divisas de las economías emergentes", estimó el economista Jan Randolph, de IHS Global Insight.

Según el ministro ruso de Finanzas, Anton Siluanov, "no hay ninguna duda de que este tema va a emerger" y de que Japón deberá explicarse. "En el comunicado final, los ministros de Finanzas van a pronunciarse para que las tasas de cambio continúen determinadas por el mercado", anunció citado por las agencias rusas.

El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, criticó las políticas de expansión monetaria de algunos países como método para afrontar la crisis, que en su opinión llevan a la valorización del real sobre el dólar en lo que Brasil denuncia desde 2010 como una "guerra cambiaria".

"El problema (de la guerra cambiaria) no disminuyó, porque el comercio mundial está atrofiado, en un escenario en el que muchas economías intentan resolver problemas domésticos por medio de exportaciones", dijo Mantega, citado por el diario económico Valor.

Los países más ricos del planeta, reunidos en el G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Canadá, Italia, Francia y Gran Bretaña), ya publicaron un comunicado en este sentido a principios de semana.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) intentó, no obstante, rebajar la controversia estimando el jueves "exagerados" los temores, aunque llamó a la vigilancia sobre este tema.