Europa aprieta las clavijas a Grecia antes de darle la nueva ayuda

Europa advirtió este jueves a Atenas de que aún tiene deberes que cumplir para recibir el próximo tramo de su rescate financiero y evitar el 'default', al día siguiente de la aprobación en el Parlamento de un paquete de recortes y reformas que provocó una huelga general y manifestaciones masivas en Grecia.

Europa advirtió este jueves a Atenas de que aún tiene deberes que cumplir para recibir el próximo tramo de su rescate financiero y evitar el 'default', al día siguiente de la aprobación en el Parlamento de un paquete de recortes y reformas que provocó una huelga general y manifestaciones masivas en Grecia.

Horas después de que el Parlamento aprobara en Atenas el proyecto de ley cuatrienal que busca ahorrar 18.100 millones de euros, Alemania, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) se mostraron muy exigentes con Grecia, que confiaba en haber dejado contentos a sus socios.

Desde el mes de junio, Grecia espera recibir los 31.200 millones de euros del próximo tramo de la asistencia acordada con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Y es que si no recibe esos fondos, podría declararse en cesación de pagos a finales de este mes, ya que el 16 de noviembre le vence un bono del Tesoro por 5.500 millones de euros.

La Comisión Europea saludó la aprobación de las nuevas medidas pero destacó que ahora espera que el domingo se apruebe también el presupuesto estatal griego para 2013. "Hay otra votación el domingo. La aprobación (del presupuesto" es crucial, señaló el portavoz comunitario Simon O'Connor.

De ello dependerá que el lunes 12 se debata en Bruselas la entrega de la ayuda durante una reunión de los ministros de Economía de la zona euro.

El portavoz de la Comisión explicó que para que Atenas se entienda con sus acreedores, "se necesita un acuerdo sobre otros dos elementos fundamentales", a saber: "el análisis de la viabilidad de la deuda", y "un acuerdo sobre las necesidades financieras futuras" del país mediterráneo.

Además de la entrega de la ayuda, Grecia negocia actualmente con el BCE, la Comisión y el FMI la concesión de un plazo suplementario de dos años, hasta 2016, para aplicar unas reformas estructurales y presupuestarias que hagan su deuda "sostenible" en 2020.

El problema es que ese plazo adicional implicaría muy posiblemente una financiación extra, que se sumaría a los dos planes de rescate ya acordados, de un total de 240.000 millones de euros, y a la quita de 106.000 millones de deuda griega en manos de bancos privados.

A pesar de todo ese arsenal de medidas que buscaban oficialmente sanear las cuentas de Grecia, la Comisión Europea publicó el miércoles unas previsiones consternantes sobre la evolución de la deuda pública de Atenas.

Según los pronósticos, ésta ascenderá al 188,4% del PIB en 2013 y en 2014 al 188,9%, con lo que el objetivo del FMI de reducirla al 120% en 2020 sería prácticamente un sueño.

Interrogado sobre si el Eurogrupo del lunes decidirá el pago del nuevo tramo de ayuda, O'Connor dijo esperar que la 'troika' formada por la Comisión, el BCE y el FMI concluya sus trabajos "en los próximos días".

Sin embargo, el miembro más poderoso del foro de ministros de Finanzas de la Eurozona, el alemán Wolfgang Schauble, dijo este jueves que no espera un acuerdo sobre una nueva ayuda internacional a Grecia antes de varias semanas.

"Por el momento no veo que se hayan tomado decisiones" sobre un acuerdo definitivo entre los acreedores y Grecia sobre el pago de un nuevo tramo de ayuda, explicó Schauble durante una conferencia en Hamburgo (norte de Alemania).

No "en las próximas semanas", precisó el ministro, señalando no obstante que "los griegos quieren seguir en Europa".

El presidente del BCE, Mario Draghi, dio igualmente la bienvenida a las nuevas medidas, aprobadas a pesar de la oposición constante de buena parte de la población griega, que el martes y el miércoles participó en una nueva huelga general.

Pero fiel a la ortodoxia, Draghi le recordó al gobierno de Atenas que su institución no renunciará al reembolso de las obligaciones griegas en su poder. "Eso sería una financiación monetaria (...), cosa que no podemos hacer", porque los estatutos del BCE prohíben financiar el déficit público de los países del euro, recordó Draghi.

Refiriéndose no sólo a Grecia, sino al conjunto de los gobiernos de la Eurozona, el alto funcionario italiano llamó a aplicar "las reformas necesarias para reducir los desequilibrios fiscales y presupuestarios" y estimular el crecimiento y el empleo.