El vino manchego, ahogado por el excedente tras una campaña récord

Por Emma Pinedo

MADRID (Reuters) - Las bodegas y cooperativas de Castilla-La Mancha, que producen más del 60 por ciento de todo el vino español, tendrán que costear de su bolsillo la eliminación de parte del excedente que amenazaba con colapsar la capacidad de almacenamiento en la próxima vendimia y presionar los precios de la nueva cosecha tras la producción récord de 2012-13.

Castilla-La Mancha cosechó la temporada pasada 53 millones de hectolitros de vino y mosto, de los cuales se calcula que quedarán unos 17 millones de hectolitros sin vender, casi el doble que en la campaña anterior, según estimaciones de las Cooperativas Agroalimentarias de la región.

La región preveía tener problemas de almacenamiento en la próxima vendimia si no se deshacía de los excedentes si, tras la ausencia de heladas este invierno, la próxima cosecha superaba los 23,5 millones de hectolitros de vino y mosto - una campaña "normal" está en torno a unos 21-24 millones de hectolitros.

Además, el exceso de producto habría arrastrado los precios a la baja en el inicio de la siguiente campaña.

"Principalmente el problema está en los vinos blancos, los vinos sin identificación geográfica (los antiguos vinos de mesa) y los vinos genéricos, que son los que más han bajado de precio. En esta última etapa, los vinos tintos también están sufriendo esa paralización del mercado o ese aumento de stocks", dijo a Reuters Ángel Villafranca, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha.

El exceso de producción se ha debido no sólo a las favorables condiciones meteorológicas sino a la entrada en producción de viñedo reestructurado hacia variedades y sistemas más productivos, apoyados con riego, en una región con una tasa de paro del 29,16 por ciento donde el vino genera casi 50.000 empleos directos en los meses de mayor actividad.

Dar salida a la histórica cosecha no es tarea fácil dado el desplome de los precios: Castilla-La Mancha cerró el primer trimestre del año con un aumento del 22 por ciento en el volumen de las exportaciones de vino, pero el valor cayó un 12,2 por ciento, dada la bajada de los precios, según datos de la Consejería de Agricultura castellanomanchega.

DESTILACIÓN OBLIGATORIA A CARGO DEL SECTOR

Para solucionar el problema, la mayoría del sector ha llegado a un acuerdo con el Gobierno para eliminar hasta 4.000 millones de hectolitros de vino que alivien la actual situación de stocks, eliminen la falta de capacidad y reactiven los mercados, pero los gastos correrán a cargo de los productores.

Los agricultores solicitaban una destilación extraordinaria, también conocida como destilación de crisis, en la que el Estado asumiera el coste de la conversión del vino en bioetanol para uso energético o industrial, que, según sus cálculos, supondría una inversión de unos 40 ó 50 millones de euros.

Pero el Ministerio de Agricultura se ha negado a subvencionar la eliminación del excedente ya que considera que el sector vitivinícola castellanomanchego ya ha recibido suficientes ayudas: casi 1.400 millones de euros en el periodo 2009-13.

Las bodegas y cooperativas que cumplan unos requisitos de existencias a fecha de 31 de julio serán las que tendrán que acudir a la destilación obligatoria, y en algún caso deberán aportar dinero para que las alcoholeras les retiren el producto.

"Tras asumir el coste de la destilación, la liquidación que den las cooperativas a sus socios va a ser muy pequeña e incluso algunos agricultores van a perder dinero", dijo Ramón Gómez, viticultor y representante de la Unión de Pequeños Agricultores en Castilla La Mancha, que se opuso al acuerdo.

Para evitar que el problema se repita en el futuro, desde el ministerio se aboga por la introducción de otros instrumentos disponibles en el sector, como el control de producción en el campo, que funciona en otras regiones como La Rioja o Cataluña y cuyo objetivo es mantener un equilibrio entre lo que se produce y lo que se comercializa, para preservar la calidad del producto.

APOSTAR POR VINOS DE CALIDAD

El grueso de la producción de Castilla-La Mancha son vinos que se venden y se exportan a granel sin indicación de calidad, lo que no quiere decir que no la tengan, y en muchos casos son vinos de mesa y mostos, que son comercializados para producción de zumos, mermeladas, cremas y alcoholes, un mercado en el que Castilla-La Mancha es puntera.

Expertos en el sector, como Miguel Ángel Gómez Borja, vicedecano de Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Albacete, también recomiendan desarrollar medidas de control de producción y de calidad para apostar de progresivamente por un modelo de innovación en valor añadido.

"El problema es que, a corto plazo, todavía es rentable vender vino a granel y, mientras no apriete más, se puede seguir así", según Gómez Borja, uno de los autores de un estudio sobre el análisis de los problemas de comercialización del vino en la zona.

Castilla-La Mancha, la novena región española por población con una superficie de viñedo similar a la de países como China o Estados Unidos, sólo vende en torno a un 10 por ciento de caldos con denominación de origen, los que tienen regulada la producción, según datos manejados por Denominación de Origen La Mancha.

"La denominación de origen aunque es vanguardia y pilar de la región (...) no va a poder 'salvar' la producción entera", dijo Ángel Ortega, gerente de la Denominación de Origen (DO) La Mancha, la mayor de las nueve DO de la comunidad autónoma.

Pero cambiar esta realidad es una estrategia a largo plazo, no en vano la Denominación de Origen La Mancha aspira a lograr una cuota del 15 ó 20 por ciento de la producción en un periodo de 5 ó 10 años.

El sector vinícola manchego, que aporta alrededor de un 2 por ciento al PIB de la región, ha llevado a cabo en los últimos años una reestructuración y modernización que ha permitido controlar mejor la calidad de la uva y actualizar y mejorar los procesos de producción.

Sin embargo, al seguir siendo el granel el grueso de la producción, el valor añadido que se obtiene del embotellado se pierde en manos de terceros.

Un dato ilustra el camino que queda por recorrer: Castilla-La Mancha cuenta con 370 bodegas embotelladoras de vino de calidad, mientras que La Rioja, con una superficie 10 veces inferior, es la zona española con mayor número de bodegas de este tipo registradas (1.212), según datos de la Federación Española del Vino.

Ortega cree que otra de las posibles soluciones para el futuro sería diferenciar más el precio en origen, distinguiendo claramente qué viñas se destinan a cada tipo de producto y ofreciendo un precio diferenciado al agricultor, para evitar que varias calidades de vino acaben destilados para un mismo fin.

"Hay que tratar de añadir elementos intangibles relacionados con la cultura del vino y aspectos hedónicos que suponen elementos de diferenciación interesantes y difíciles de copiar", explicó Gómez Borja.

Pero mientras el sector estudia la incorporación progresiva de servicios añadidos, como innovar en la elaboración, envasados, marcas y desarrollar servicios complementarios como el enoturismo, con catas o visitas a las bodegas, hasta 4.000 millones de hectolitros terminarán este año en la alcoholera.