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Bruselas obliga a reducir en un 60% el tamaño de bancos españoles nacionalizados

Almunia comparecía este miércoles ante la prensa para hablar de los planes de reestructuración de los cuatro bancos españoles nacionalizados (BFA-Bankia, NCG Banco, Catalunya Banc y Banco de Valencia).

La Comisión Europea obligará a reducir el tamaño de los cuatro bancos españoles nacionalizados en un 60% para 2017 como parte de las condiciones que permitirán una primera inyección de 37.000 millones de euros de la zona euro.

Se trata de BFA-Bankia, NCG Banco, Catalunya Banc y Banco de Valencia. Este último, fue adjudicado el martes por un euro por el Banco de España a Caixabank y necesitará una inyección de fondos de 4.500 millones de euros.

"Antes de 2017, el balance financiero de cada banco se reducirá en más del 60% en comparación con 2010", anunció el vicepresidente de la Comisión encargado de la competencia, Joaquín Almunia.

Bankia, que habrá necesitado unos 36.000 millones de euros de ayuda estatal en total, anunció poco después de la intervención de Almunia la supresión de 6.000 empleos, el 28% de su plantilla, para el 2015.

Esta entidad, la cuarta mayor de España por activos, prevé este año unas pérdidas netas de 19.000 millones de euros.

La Comisión obliga a estos bancos, particularmente afectados por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en 2008 al que estaban muy expuestos, a abandonar la financiación de promociones inmobiliarias y limitar su presencia en el mercado al mayor.

También se han comprometido a ceder participaciones industriales y filiales, lo que contribuirá a financiar su reestructuración, y a centrar su modelo empresarial en préstamos al por menor y a las pequeñas y medianas empresas en las regiones donde históricamente han operado, como lo habían hecho antes de la locura inmobiliaria.

Surgidos de la fusión de varias cajas de ahorro en los últimos años, también se han comprometido a limitar las remuneraciones de sus directivos, prohibir pago de bonos hasta que no se cumplan todas las medidas, no hacer publicidad de la ayuda ni utilizarla para prácticas comerciales agresivas y prohibir adquisiciones.

"Nuestro objetivo es restablecer la viabilidad de los bancos que reciben ayudas para que puedan operar sin el apoyo público en el futuro", dijo Almunia en una conferencia de prensa.

Tras esta reestructuración, "España podrá contar con un sector financiero cada vez más sano y viable", indispensable para financiar la economía real, agregó.

El objetivo, es "impedir el regreso a las prácticas insostenibles del pasado", sostuvo.

Además, la absorción de las pérdidas soportadas por los bancos y sus titulares de capital (acciones y capital híbrido) garantizará, junto con las medidas de reestructuración, un reparto satisfactorio de las cargas y una aportación propia adecuada a la financiación de los significativos costes de reestructuración.

"Esto reduce la ayuda estatal necesaria para reestructurar los bancos en alrededor de 10 000 millones EUR", asegura la Comisión.

Este visto bueno de la Comisión a los planes de reestructuración del gobierno español abre la vía a la entrega, probablemente ya a primeros de diciembre, de una primera inyección de 37.000 millones de euros a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) de la línea de crédito de un tope de 100.000 euros concedida en julio para recapitalizar la banca española.

Estos fondos se entregarán a través del FROB, el fondo de reestructuración ordenada de la banca española.

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, anunció el lunes que los cuatro bancos nacionalizados recibirán una primera ayuda financiera de 37.000 millones de euros, del total que debería situarse en torno a los 40.000 millones para el conjunto del sector financiero del país.

Tras la cesión de activos tóxicos a la empresa de gestión de activos (SAREB) o 'banco malo', las necesidades de capital serán de 17.960 millones de euros para Bankia, 5.425 millones para NCG, 9.080 millones para Catalunya Banc y 4.500 millones para el Banco de Valencia.

España se ha comprometido a vender NCG y Catalunya Banc antes de que concluya el periodo de reestructuración de cinco años. En caso de que no se pueda proceder a la venta, las autoridades españolas presentarán un plan de resolución ordenada.

Por su parte, la Comisión certifica que el Banco de Valencia, "no es viable como entidad autónoma", por lo que se decidió su venta a CaixaBank, con lo que dejará de existir como banco independiente.

"Esta opción es más barata que liquidarlo", recordó Almunia.