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Las alimentarias condicionan su apoyo al congelamiento

"Siempre que no me suban a mí..." Esta es la frase más repetida entre los empresarios de todos los rubros a la hora de condicionar su adhesión al congelamiento de precios que impuso el Gobierno. Ayer fue el turno de las grandes empresas alimentarias, agrupadas en la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal), que acordaron apoyar, a grandes rasgos, la iniciativa oficial, pero aclararon que su adhesión está atada a "que no se vean afectados sus costos".

En su reunión semanal, los industriales de la alimentación no llegaron a un acuerdo para emitir un comunicado conjunto de apoyo al congelamiento de precios y dejaron a criterio de cada empresa su adhesión o no.

De acuerdo con fuentes que participaron del almuerzo en la sede de la Copal, en la calle 25 de Mayo, el encuentro se desarrolló en un "clima armónico", que no alcanzó para disimular las posiciones enfrentadas entre las distintas partes. "Los insumos no cuestan lo mismo aquí, en la zona metropolitana, que en el interior, por lo que resulta imposible asegurar los mismos precios", destacó un representante de una empresa del norte del país.

Otro empresario explicó que hay productos que tienen un mayor porcentaje de insumos importados y otros que hacen un uso más intensivo de la cadena de frío o bien de los costos de logística. "Es muy difícil uniformar a todos los productores de alimentos, cada uno tiene una incidencia distinta en su costos. Tampoco es lo mismo un productor de alimentos que un fabricante de bebidas", detalló uno de los presentes.

Por su parte, el presidente de la Copal, Daniel Funes de Rioja, consideró que "el congelamiento es un acuerdo entre supermercados, por lo que hay que ver cómo se manejarán con sus proveedores. Todos queremos estabilidad macroeconómica y no queremos inflación", se limitó a informar.

Unas horas antes de la reunión, Funes de Rioja había dado un primer respaldo al proyecto. "Creo que si este acuerdo tiene un carácter limitado y busca reordenar ciertos factores de la economía, va a contar con el apoyo de la industria en todo sentido. Debemos evitar los escenarios catástrofe y aportar soluciones", sostuvo el empresario.

Profesión de fe

Muchos menos contemplativa con la iniciativa oficial fue la posición de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que sin vueltas expresó su "rotundo desacuerdo" con el congelamiento de precios.

De acuerdo con los hombres de campo, la medida no hace más que "incentivar el desabastecimiento", y "ya ha demostrado su fracaso" para bajar la inflación.

La Rural también advirtió que la medida "redunda en una mayor suba de los precios de los productos controlados una vez finalizado el plazo para esos controles".

A diez días de la implementación del congelamiento, los grandes supermercados volvieron a asegurar que no hay señales de desabastecimiento de productos. "La Asociación de Supermercados Unidos (ASU) desmiente enfáticamente la existencia de desabastecimiento en las bocas de supermercados que nuclea", sostuvo en un comunicado la entidad que agrupa a las grandes cadenas.

ASU agregó que "tras un fin de semana de cuatro días y como fruto de la excelente venta, necesariamente se producen faltantes puntuales en determinados productos".

También subrayó que "en el curso del día y las primeras horas de mañana, dicha situación se habrá subsanado totalmente al restablecerse la operación logística normal de las cadenas, que también se ha visto afectada por la sucesión de días feriados".